Juan Manuel Ruiz
➥Colavida, Lagier y Lachatre
La historia del Espiritismo en España comienza en 1860 cuando José
Fernández Colavida, notario y filántropo tarraconense, entabla amistad
con el capitán de la marina mercante Ramón Lagier y Pomares (este, había
conocido el Espiritismo tras encontrar "El libro
de los espíritus" en una librería de Marsella, y le regala a un
ejemplar). Colavida, amante de los ideales de libertad y progreso y con
inclinación a lo trascendente por encima de lo religioso, queda
impresionado con la lectura de esta obra, intuyendo el mensaje
superior de sus páginas que anunciaba una época nueva en el terreno de
las ideas, toda una revolución de la ciencia, la filosofía y la moral...
Conocedor del idioma francés, se ofrece para su traducción al español,
que finaliza un año después.
Para la importación de esta obra a España, Fernández Colavida contó con
la colaboración inestimable del escritor y editor francés, Maurice
Lachâtre (Lachâtre vivía en Barcelona, en aquel entonces, debido a las
persecuciones que el régimen de Napoléon III le
infligía por haber publicado el "Diccionario Universal Ilustrado"). Una
persona de París con quien Lachâtre mantenía correspondencia recibió de
Allan Kardec* los libros y periódicos encomendados y los envió a
Barcelona en una caja con unos 300 ejemplares,
incluyendo las obras de Kardec, la "Revue spirite", "La historia de
Juana de Arco" (obra mediumnica de Ermance Dufaux), "La realidad de los
Espíritus demostrada por la escritura directa" (por el barón de
Guldenstubbé), etc. España, sin saberlo, se preparaba
para recoger el testigo de Francia en la difusión de la filosofía
espiritista...
➥El auto de fe de Barcelona
(...) pero el obispo de Barcelona Antonio Palau y Térmens, dicta su
incautación. Informado de la decisión del obispo, el propietario de las
obras pidió al Gobierno que, si su circulación no estaba permitida en
España, se le consintiera reexpedirlas al lugar
de su procedencia. La petición fue rechazada en base al siguiente
argumento: «La Iglesia Católica es universal y, al ser esos libros
contrarios a la fe católica, el Gobierno no puede consentir que vayan a
pervertir la moral y la religión de los otros países».
El 9 de octubre, una gran muchedumbre reunida en la plaza barcelonesa de
la Ciudadela, asistía atónita a la quema pública de las obras
prohibidas por el oscurantismo religioso... Fernández Colavida resaltó:
"puede quemarse el cuerpo, pero no el alma; puede
entregarse a las llamas el libro, pero no la idea. El Espíritu y la
idea se ciernen siempre sobre nuestras cabezas, no mueren nunca; marchan
con el tiempo, a través de las edades y de las generaciones todas,
hasta la consumación de los siglos".
Y ocurrió que el acto despertó un fuerte rechazo entre el pueblo y los
intelectuales (de hecho fue el último acto de la Inquisición en nuestro
país), a la vez que sirvió de excelente propaganda para el interés del
Espiritismo como doctrina universal de ciencia,
moral y progreso, a lo que también contribuyó la publicacion del Libro
de los Espíritus y las otras obras de Kardec traducidas al Español por
Colavida.
➥La edad dorada
Entre esa fecha 1861 y 1873, la nueva fe (ciencia, filosofía y moral),
de revolucionarios planteamientos en el campo de lo social y lo
espiritual, va calando en el pueblo con sed de conocimiento y entre los
grupos intelectuales de la izquierda con sed de un
nuevo orden.
Se destaca en esta época la labor admirable de Amalia Domingo Soler (la
poetisa de los pobres), Miguel Vives, Quintín López, etc, asi como
apoyos inestimables a la causa espiritista como la de Emilio Castelar
(ministro de Estado y presidente de la Primera República).
El 26 de agosto de 1873 se presentó en las Cortes la proposición de ley
para que el Espiritismo formara parte del sistema de Enseñanza español,
finalmente frenada cinco meses más tarde por el golpe de Estado de
1874... A pesar de la continua oposicion de la
Iglesia y la monarquia, en 1888 se celebró en Barcelona el I Congreso
Espiritista Internacional.
Continua en la publicación siguiente...
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